Algún día debería entrar ella también en esos salones de manicura, ofrecer sus manos, ver cómo se las arman con garras lacadas. Se puede empezar así, por pequeñas aplicaciones externas, para cambiar un carácter demasiado interior.
--1
Enviada por Nuria hace 9 años
No se ha encontrado imágenes sobre esta frase de Margaret Mazzantini.