Pero nunca dejamos de creer que en algún lugar, en el jardín de algún desconocido, el rosal de nuestra madre florecía en todo su esplendor, mostrando cada flor roja, una tras otra, su perfección bajo el resplandor crepuscular.
0
Enviada por RIcardo hace 9 años
No se ha encontrado imágenes sobre esta frase de Julie Otsuka.