En esos momentos (…) me da por creer que algún día, inesperadamente, alguna de las promesas imposibles se cumplirá. Y aunque así no se remedien todas las promesas incumplidas, sólo por eso habrá merecido la pena confiar y no dedicarse sólo a buscar las debilidades y los defectos y los impedimentos, y todas las demás razones que nos sirven para sonreír con desdén y no dejarnos conquistar por lo que nos prometen.
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Enviada por Kenán hace 9 años
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