Me gustaría que supieras lo que yo sé y que, en lugar de procurar no mostrarte como eres, me revelaras todas tus mezquindades. Me gustarían, porque serían muy mías. Los demás no las conocerían y eso nos uniría fuera del mundo. Nada resulta más atractivo que las debilidades y los defectos: gracias a ellos penetramos en el alma del ser querido, alma constantemente escondida por el deseo de parecer semajante a todo el mundo. (…) Nos dan ganas de besar esas pequeñas irregularidades más que las perfecciones, porque son humildes y gracias a ellas ese rostro no es el de otro. No te quejes de que yo te juzgue y te evalúe: así te conozco mejor y no por ello te quiero menos.
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Enviada por Francis hace 9 años
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