Apellidos, calles, nombres que quisiera haber olvidado y que sin embargo se mantienen en mi memoria porque componen el idioma que comparto con mis padres, mi lengua materna. Porque aunque en su momento me rebelase, forman parte de mí, como el río, como la catedral, como la Rambla. A dos mil kilómetros de distancia, yo aún soy ellos. Yo aún soy yo.
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Enviada por Ventura hace 9 años
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