Siento una irresistible necesidad de llorar. Una triste y solitaria melancolía me oprime el corazón. Vuelvo a mi habitación cierro la puerta y me apoyo en ella intentando racionalizar mis sentimientos, pero no puedo. Me dejo caer al suelo, me cubro la cara con las manos y empiezan a saltarme las lágrimas
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Enviada hace 9 años
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