…el otro le arrea unos sopapos al tiempo que le ordena despertar. Hasta que de pronto ella obedece. Súbitamente mi esposa clava sus pupilas en el hombre que le ha devuelto la vida y, como éste se inclina hacia ella para darle literalmente la bienvenida al paraíso de las segundas oportunidades, ella le devuelve una sonrisa que, la verdad, ya quisiera para mí.
0
Enviada por Tomás hace 9 años
No se ha encontrado imágenes sobre esta frase de Álvaro Colomer.