Mario Menkell no podía imaginar que Beatriz lloraba porque la risa había agitado en ella un fugaz soplo de la dicha que llevaba años sin experimentar. Intentó recordar cuándo había sido la última vez que se había sentido así y no lo recordó, quizá porque fue en la adolescencia, en la infancia, cuando la vida no podía volverse amenazante ni cruel, cuando nadie pensaba en la enfermedad, en el abandono, en el dolor, en las dudas, en la soledad, en el miedo.
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Enviada por Higinio hace 9 años
No se ha encontrado imágenes sobre esta frase de La importancia de las cosas – Marta Rivera de la Cruz.