Hugo había pensado mucho en lo que podría escribir el autómata una vez arreglado. Cuánto más avanzaba en su restauración, más le obsesionaba una idea; sabía que era una locura, pero no podía sacársela de la cabeza. Estaba convencido de que lo que apareciese allí escrito resolvería todas las preguntas que tenía pendientes y le revelaría qué hacer ahora que se había quedado solo. Aquella nota iba a salvarle la vida, estaba seguro de ello.
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Enviada por Berta hace 9 años
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