De color rosa, vivas, manos de verdad que agarraban con fuerza un bolso negro, jugueteando con la cremallera plateada. Manos que habían hecho cenas y despejado dolores de cabeza y me habían metido jerseys por la cabeza en los días fríos. Manos que me habían enseñado a dibujar.
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Enviada por Bárbara hace 9 años
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