Adiós, mi canción de luna y mi aliente, mis noches blancas, mis días dorados, mi agua fresca y mi fuego. Adiós, y que puedas encontrar una vida mejor, volver a encontrar consuelo y tu sonrisa adorable, y cuando tu rostro amado se ilumine al ver el amanecer de Occidente, ten la seguridad de que lo que sentí por ti no fue en vano.
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Enviada por Bárbara hace 9 años
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