Al dejarse llevar el hombre por su fantasía sobre los objetos de los sentidos, concibe un apego hacia ellos. Del apego surge el deseo; del deseo brota la ira (krodh). A la ira sigue la ilusión; a la ilusión el desconcierto de la memoria; a una memoria confusa, la destrucción de la razón (buddhi, discriminación, habilidad para razonar). Al perder la razón, perece.
+1
Enviada por Kirlian hace 9 años
No se ha encontrado imágenes sobre esta frase de Anónimo.