Tenemos la costumbre de considerar la filosofía del karma como un fatalismo indolente y despreocupado y atribuirle muchos de los males que aquejan a la vida social de Oriente, cuando en realidad es una negación completa del fatalismo, quitándole todo lo que es casualidad, "el destino", en el sentido coloquial de la palabra, y la idea de una "Providencia que todo lo dispone", los cuales son conceptos bastante comunes en Occidente. Representa al hombre como dueño único y absoluto de su propio destino, para siempre. Debe cosechar inevitablemente lo que haya sembrado en tiempos de ignorancia pero, cuando logra iluminarse, depende de él escoger lo que siembra y cosechar en consecuencia.
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Enviada por Higinio hace 9 años
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