De pronto sintió que todo se desbarrancaba, que había perdido el timón, que iba por el rumbo incorrecto. Se vio sentado por un momento en su sillón del diario, donde día a día golpeaba la vieja máquina de escribir tratando, tras su fachada de crítico y analista de arte y espectáculos, poder evaluar las obras de quienes en el fondo, y muy a su pesar, habían tenido el coraje de volcar al papel experiencias, fantasías, vivencias y frustraciones.
El hablaba de otros, de lo que hicieron otros……
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Enviada por Victoria hace 9 años
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