Al fanatismo infantil, dirigido contra el cuadro más apacible de vida, mostraba el poco valor de lo divino en las relaciones humanas; hacía que una visión de vida, reposada y feliz, despertase pasiones revueltas, prestando a la bella figura del adolescente una exaltación que hacía tomarle más en serio de lo que sus años representaban.
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Enviada por Higinio hace 9 años
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