El egotista es todo superficie, por debajo no es más que un desorden pulposo, un montón de dudas centradas en sí mismo. En cambio, el egoísta, el ególatra si se quiere, puede ceder, puede ser deferente en aquellas cosas que no le parecen cruciales, pero en todo lo que le incumba de un modo realmente más profundo no tiene remordimientos.
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Enviada por Vladimir hace 9 años
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