Una súbita fascinación. En la fascinación no hay nada más que un objeto gigante en un mundo desierto. Una deliciosa expresión castellana designa muy bien esta confiscación de la mirada: 'al verla se quedó prendado', es decir, entregó el corazón en prenda y así estará hasta que consiga recuperarlo. Entre una muchedumbre, puede aparecer un rostro, un cuerpo, una mirada, que anula todo lo demás: 'sobre el seso'.
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Enviada por Arnau hace 9 años
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