¿Qué resonancia puede tener la pregunta “¿por qué soy?” para quienes están inmersos en un mundo retacado de sentido, sea obligatorio o lúdico? ¿Qué le dice esta pregunta a aquel que vive absorto en su mundo laboral donde todo es archi significativo: la sonrisa, el saludo o la indiferencia del jefe; la fecha de entrega de un trabajo; la pequeña intriga? ¿Qué importancia puede tener la pregunta sobre el sentido de la existencia en mitad del mundo doméstico con sus entretenimientos y desasosiegos cotidianos, con sus redes de afectos, con sus problemas grandes y pequeños? ¿Qué valor, en el mundo amoroso con sus entusiasmos y esa fuerza rejuvenecedora que hace que todo se reacomode en una nueva jerarquía? ¿Qué sonido, qué sabor puede tener nuestra pregunta en el mundo de la policía, en ese mundo con su intensidad, sus alianzas para alcanzar la cima, sus traiciones y sus crímenes?
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Enviada por Esther hace 9 años
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