Caí en la cuenta de que el sexo se estaba convirtiendo para mí en un vicio, en algo básico, prioritario, central… en una necesidad creciente. ¡Y mientras más la saciaba, más se incrementaba! ¿No les ocurría lo mismo a los drogadictos o a los alcohólicos? ¿Era yo el único que lo sentía? Entre compañeros apreciábamos a la mujer según sus atributos eróticos. Nos atraían principalmente las cualidades sexuales y solíamos mentir, dañar o negociar con tal de sentir el embriagador placer de poseerlas.
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Enviada por Francis hace 9 años
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