Nos besamos y los segundos se convirtieron en años y los años en un pedacito de eternidad. Nos besamos bajo una de las viejas farolas que brillaba sobre nuestras cabezas como una luna entre las lunas. Nos besamos en uno de los puentes más bellos de París, que en ese momento nos pertenecía a los dos, volamos alto, hacia el cielo, más y más alto, y París se convirtió en una estrella entre las estrellas.
0
Enviada por Sandra hace 9 años
No se ha encontrado imágenes sobre esta frase de Nicolas Barreau.