alcanzas a percibir que todavía en los labios de aquellos muertos hay dibujada una sonrisita triste triste triste que nunca más se reflejará en las nubes en la lluvia ni tampoco en el vuelo de las aves que todas las mañanas rayan el cielo y llenan las ramas de los árboles con sus mierdecitas triste triste triste y entonces vuelves a mirar hacia el cielo cierras los ojos y te tocas el corazón y compruebas que en verdad lo que late allí dentro como un perro herido es una mierdecita muy triste triste triste.
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Enviada por Dina hace 9 años
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