Los traumas de la niñez bloquean nuestra habilidad para experimentar lo místico. Los humanos, a causa de sus cargas, desembocan en uno de los cuatro "dramas de control" : Los Intimidadores roban energía del resto con amenazas. Los Interrogadores la roban juzgando y cuestionando. Los reservados atraen atención (y energía) coqueteando. Y las Víctimas nos hacen sentir culpables y responsables por ellos. Date cuenta de la dinámica familiar que ha creado tu drama de control y concéntrate en la pregunta principal, que es cómo poder hacer de tu vida una vida de un mayor nivel a la que tuvieron tus padres.
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Enviada por Nuria hace 9 años
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