La miro y me siento ligero y tengo una extraña sensación. Sólo estás así de bien cuando no tienes problemas, cuando no te preocupas por nada, cuando sin un verdadero motivo te sientes satisfecho y cuando no tienes nada que hacer después. Entonces aspiro profundamente y sonrío. En efecto, es un instante de felicidad. Pero en seguida me asalta un pensamiento, basta muy poco para que ese instante ya haya pasado. Ya no está, lo he perdido, y me pregunto cuándo volveré a encontrarlo.
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Enviada por Ivan hace 9 años
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