Creí que se equivocaba e hice objeciones.
–¡Pero, mira los pájaros! –exclamó Dersu–. Ya ves que vuelven el pico al viento.
En efecto, una corneja, encaramada sobre un abeto vecino, tenía la cabeza vuelta hacia el nordeste. Para ella, era la posición más ventajosa, ya que el viento venía a deslizarse sobre sus plumas. Si ella le hubiera presentado el flanco o la cola, el viento habría penetrado bajo su plumaje y hubiera helado al pájaro.
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Enviada por David hace 9 años
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