Bajo el agua, pude oler el perfume de Brigitte. ¡La tenía tan cerca! Escuchaba su respiración profunda. Sentía el zumbido de su ropa rozando contra la ducha. No podía contener mis impulsos. Deseaba tanto el tacto caliente de mi amiga, la caricia de su piel… No podría esperar nada mejor de la vida. Me sentía como una niña golosa encerrada en una pastelería”
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Enviada por David hace 8 años
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