Él había aparecido en mi vida como un amigo perfecto, educado y atento, que siempre encontraba un hueco para estar conmigo. De manera suave pero constante, con un poder similar al de la arena que ahora se colaba en nuestra casa, fui dejando atrás mi propia vida para adaptarme a la de él.
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Enviada por David hace 8 años
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