Una nostalgia sinlenciosa y prolongada le oprimió el corazón. No era sólo nostalgia de aquel hombre, sino también de la oportunidad perdida. Y tampoco sólo de esa oportunidad concreta sino de la oportunidad como tal. Sentía nostalgia de todas las oportunidades que había perdido, que había dejado pasar, que había evitado, e incluso aquéllas que nunca había tenido.
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Enviada por Tomás hace 8 años
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