Aún recuerdo el día en que, siendo muy niña, aprendí a leer. Fue un acontecimiento mágico. Todavía puedo revivir la emoción temblorosa que experimenté cuando las letras empezaron a cobrar significado delante de mis ojos. Un instante antes, tan sólo parecían animalillos que se ocultan bajo tierra y que nadie puede ver, y al siguiente estaban vivas y eran capaces de darle sentido al mundo, de ordenarlo.
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Enviada por Oleguer hace 9 años
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