Sin embargo, tenía la sensación de que no nos habíamos contado nada. Quizá sea eso sentirse bien con alguien. No estábamos sujetos a rentabilidad ninguna ni al sentimiento de tener que decirnos de verdad algo. Cambiamos unas cuantas palabras flotantes, retazos de ideas, y todo eso formó la hora indolora más hermosa.
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Enviada por Arnau hace 9 años
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