No se puede entrar en una residencia si uno no se encuentra moralmente fuerte. (…) Pase lo que pase terminas siempre por espaciar las visitas. (…) Pero en los últimos tiempos me había sentido muy mal cuando iba a la residencia. Había ocurrido varias veces que apenas teníamos nada que decirnos, y esas ocasiones habían sido para mí un verdadero suplicio. (…) la mayor parte del tiempo que pasábamos juntos lo dedicábamos a recorrer el inmenso terreno de su soledad. (…) Palabras previstas para llenar el vacío.
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Enviada por Graciela hace 9 años
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