Y esta plétora es debida a la mezcla de razas – pelasga, aquea y doria – que se superpusieron en Grecia, invadiéndola en oleadas sucesivas. Cada una de ellas traía consigo sus propios dioses, pero no destruyó los que ya estaban instalados en el país. Cada nuevo conquistador degolló un determinado número de mortales, pero con los inmortales no quiso líos y los adoptó, o por lo menos los dejó sobrevivir.
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Enviada por Marc hace 9 años
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