Yo creo que sus verdaderos móviles se deben deducir de la ceremonia con que coronó la primera etapa. Mientras que sus hombres embarcaban para Abidos, en el Helesponto, él desembarcaba en el cabo Sigeo, donde la Ilíada decía que Aquiles había sido sepultado. Alejandro cubrió de flores la que era considerada como la tumba del héroe, y se puso a correr desnudo en torno a ella gritando: “¡Afortunado Aquiles, que fuiste querido por un amigo tan fiel y celebrado por un gran poeta!”
Esto es. Lo que movió a Alejandro contra Asia no fue un plan estratégico ni político. Fue un sueño de gloria detrás del cual corrió durante once años, sin despertar.
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Enviada por Marc hace 9 años
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