Por eso empezó a contarle (de una forma oscura y confusa, porque le daba vergüenza reconocer su miedo y las verdaderas causas de éste) las injusticias que se cometían con él en el colegio, le habló de la horrible directora que lo perseguía sin motivo. Quería darle lástima y que lo compadeciera, pero Alice dijo: – En cambio mi jefa es estupenda – y empezó a contarle, entre risitas, historias de su trabajo. Eduard oía su alegre voz y estaba cada vez más entristecido.
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Enviada por Didac hace 9 años
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