Hay dos maneras de regresar al punto que acabas de dejar a tus espaldas. Una consiste en darse la vuelta. La otra en dar la vuelta al mundo.
La gente corriente adopta la primera de las maneras. Se limita a darse la vuelta y llamar a la puerta que se cerró a sus espaldas. Pronuncia unas palabras mágicas, cuya gama de posibles no es lo suficientemente abundante como para eludir la cursilería, y así regresa al punto del que procedía. Muy pocos son los que optan por la segunda de las maneras. Sapo fue de ésos.
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Enviada por Carla hace 9 años
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