Es curioso cómo se forman un hombre y una mujer, indiferentes, allá dentro de su huevo, al mundo de afuera, y pese a todo a éste mundo tendrá que enfrentarse como rey o soldado, como fraile o como asesino, como inglesa en Barbadas o sentenciada en Rossío, alguna cosa simple, que todo nunca puede ser, y nada menos aún. Porque, en fin, podemos huir de todo, pero no de nosotros mismos.
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Enviada por Ramón hace 8 años
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