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Frases del libro Fotos de Laura de Marcelo Leonart
Martina vuelve a Santiago luego de cinco años en Barcelona. Laura —su amiga, su casi hermana, su casi doble ha sufrido un accidente que la mantiene en un estado de ¿irrecuperable? inconsciencia. Durante las dos semanas que se da para estar en una ciudad en la que se ha convertido en una extranjera, Martina se enfrenta con sus recuerdos, quedándose en el departamento que ella y Laura compartieron, y del que huyó luego de una ¿inevitable? traición. Pero ahí donde ella creía encontrar los desechos de su propia historia, Martina se encontrará con los vestigios de otra cuando aparezca en su vida Caetano, un sesentón derrotado que se presentará como el último amante de Laura y que le suplicará un favor: venir al departamento donde ella se ha convertido en una inquilina en tránsito para escuchar a Manuela y Alicia, la mujer y la niña de seis años que viven en el departamento de al lado como la reencarnación de su propia familia. Es ahí donde para Martina la historia empieza a confundirse con la Historia. Es 1999, Pinochet está preso en Londres y las calles de Santiago están llenas de sujetos que han hecho lo que sea para enterrar sus historias. Pero las historias, enterradas o no, no sirven de nada si sólo son un consuelo.
Aquí encontrarás una recopilación de las mejores frases del libro Fotos de Laura de Marcelo Leonart. Frases cortas, frases célebres, citas, fragmentos del libro Fotos de Laura .
Frases de Fotos de Laura
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Enviada por Celestina hace 9 años
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Enviada por Celestina hace 9 años
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Enviada por Celestina hace 9 años
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Enviada por Celestina hace 9 años
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Enviada por Celestina hace 9 años
Se toman fotos para recordar, porque se desconfía de la memoria, porque sabemos lo débil que es, lo indolente o mentirosa que se vuelve con los años y la experiencia. Se toman fotos porque creemos que prueban algo de lo que sin ellas no estaríamos seguros, porque imaginamos que son fijas e irrefutables (al contrario de los recuerdos, que son tan frágiles y cambiantes), y porque creemos que viéndolas -reviviendo el instante- todo el resto seguirá intacto, el momento previo y el que vendrá. La vida pasa de largo, eso es lo que pensamos, pero si la tenemos a mano (y guardar fotos sirve para eso, para tener la vida a mano) es como si la viviéramos entera de nuevo. Pero siempre con las mismas imágenes, con las mismas risas (las fotos hay que sacarlas riéndose, para creer, cuando aparecen, que hemos tenido una vida feliz; porque de eso se trata, convencernos de que hicimos con ella lo que se debía, que no la hemos desperdiciado). 0
Enviada por Celestina hace 9 años
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Enviada por Celestina hace 9 años
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