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Frases y citas con "Pensamiento"
El olvido que seremos
HÉCTOR ABAD FACIOLINCE
(49 frases)
Las libertades de pensamiento y de expresión son un derecho duramente conquistado a través de la historia por millares de seres humanos, derecho que debemos conservar. La historia demuestra que la conservación de este derecho requiere esfuerzos constantes, ocasionales luchas y aun, a veces, sacrificios personales. A todo esto hemos estado dispuestos y seguiremos dispuestos en el futuro, muchos profesores de aquí y de todos los lugares de la tierra.
La alternativa va siendo cada vez más clara: o nos comportamos como animales inteligentes y racionales, respetando la naturaleza y acelerando en lo posible nuestro incipiente proceso de humanización, o la calidad de la vida humana se deteriora. Sobre la racionalidad de los grupos humanos empezamos algunos a tener ciertas dudas. Pero si no nos comportamos racionalmente, sufriremos la misma suerte de algunas culturas y algunas estúpidas especies animales, de cuyo proceso de extinción y sufrimiento nos quedan apenas restos fósiles. Las especies que no cambian biológica, ecológica o socialmente cuando cambia su hábitat, están llamadas a perecer después de un período de inenarrables sufrimientos.
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Enviada por 198 hace 10 años
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Hamlet
WILLIAM SHAKESPEARE
(196 frases)
Ser o no ser, esa es la cuestión:
si es más noble para el alma soportar
las flechas y pedradas de la áspera Fortuna
o armarse contra un mar de adversidades
y darles fin en el encuentro. Morir: dormir,
nada más. Y si durmiendo terminaran
las angustias y los mil ataques naturales
herencia de la carne, sería una conclusión
seriamente deseable. Morir, dormir:
dormir, tal vez soñar. Sí, ese es el estorbo;
pues qué podríamos soñar en nuestro sueño eterno
ya libres del agobio terrenal,
es una consideración que frena el juicio
y da tan larga vida a la desgracia. Pues, ¿quién
soportaría los azotes e injurias de este mundo,
el desmán del tirano, la afrenta del soberbio,
las penas del amor menospreciado,
la tardanza de la ley, la arrogancia del cargo,
los insultos que sufre la paciencia,
pudiendo cerrar cuentas uno mismo
con un simple puñal? ¿Quién lleva esas cargas,
gimiendo y sudando bajo el peso de esta vida,
si no es porque el temor al más allá,
la tierra inexplorada de cuyas fronteras
ningún viajero vuelve, detiene los sentidos
y nos hace soportar los males que tenemos
antes que huir hacia otros que ignoramos?
La conciencia nos vuelve unos cobardes,
el color natural de nuestro ánimo
se mustia con el pálido matiz del pensamiento,
y empresas de gran peso y entidad
por tal motivo se desvían de su curso
y ya no son acción.
+1
Enviada por 23 hace 9 años
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El nombre del viento
PATRICK ROTHFUSS
(106 frases)
Quizá la mayor facultad que posee nuestra mente sea la capacidad de sobrellevar el dolor. El pensamiento clásico nos enseña las cuatro puertas de la mente, por las que cada uno pasa según sus necesidades. La primera es la puerta del sueño. El sueño nos ofrece un refugio del mundo y de todo su dolor. El sueño marca el paso del tiempo y nos proporciona distancia de las cosas que nos han hecho daño. Cuando una persona resulta herida, suele perder el conocimiento. Y cuando alguien recibe una noticia traumática, suele desvanecerse o desmayarse. Así es como la mente se protege del dolor: pasando por la primera puerta. La segunda es la puerta del olvido. Algunas heridas son demasiado profundas para curarse, o para curarse deprisa. Además, muchos recuerdos son dolorosos, y no hay curación posible. El dicho de que «el tiempo todo lo cura» es falso. El tiempo cura la mayoría de las heridas. El resto están escondidas detrás de esa puerta. La tercera es la puerta de la locura. A veces, la mente recibe un golpe tan brutal que se esconde en la demencia. Puede parecer que eso no sea beneficioso, pero lo es. A veces, la realidad es solo dolor, y para huir de ese dolor, la mente tiene que abandonar la realidad. La última puerta es la de la muerte. El último recurso. Después de morir, nada puede hacernos daño, o eso nos han enseñado.
+13
Enviada por 541 hace 10 años
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Bel Ami
GUY DE MAUPASSANT
(2 frases)
»¿A qué asirse? ¿A quién dirigir nuestros gritos de angustia? ¿En qué podemos
creer? Lo único cierto es la muerte.
Se detuvo, cogió a Duroy por las solapas del gabán y con voz lenta dijo:
– Piense usted en todo esto joven; piense en ello durante días, meses y años, y verá
la existencia de otro modo. Intente desligarse de cuanto le aprisiona, realice el
sobrehumano esfuerzo de salir vivo de su cuerpo, de sus intereses, de su pensamiento,
de la Humanidad entera para contemplarlo todo, y comprenderá usted qué poca
importancia tienen las polémicas entre románticos y naturalistas y la discusión de los
presupuestos.
Reanudó la marcha con paso más rápido, y prosiguió:
–Pero también sentirá la espantosa desolación de los desesperados. Se debatirá
usted furiosamente en la incertidumbre donde se ahogará. Gritará usted a los cuatro
vientos: «¡Socorro!», y nadie le contestará; tenderá usted los brazos, llamará para ser
socorrido, amado, consolado, salvado y nadie acudirá.
»¿Por qué sufrimos así? Es que, sin duda, habíamos nacido para vivir más según
las leyes de la materia y menos según las del espíritu. Pero, a fuerza de pensar se ha
establecido una desproporción entre nuestra inteligencia, engrandecida, y las
condiciones inmutables de nuestra vida.
»Fíjese usted en las gentes vulgares: a menos que las abrumen grandes desastres,
están siempre satisfechas, sin sufrir la común desdicha... Tampoco los animales la
sienten.
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Enviada por 23 hace 9 años
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La senda del perdedor
CHARLES BUKOWSKI
(17 frases)
Podía ver el camino que se abría frente a mí. Yo era pobre e iba a continuar siéndolo. Pero tampoco deseaba especialmente tener dinero. No sabía qué es lo que quería. Sí, lo sabía. Deseaba algún lugar donde esconderme, algún sitio donde no tuviera que hacer nada. El pensamiento de llegar a ser alguien no sólo no me atraía sino que me enfermaba. Pensar en ser un abogado, concejal, ingeniero, cualquier cosa ipor el estilo, me parecía imposible. O casarme, tener hijos, enjaularme en la estrucutra familiar. Ir a algún sitio para trabajar todos los días y después volver. Era imposible. Hacer cosas normales como ir a comidas campestres, fiestas de Navidad, el 4 de Julio, el Día del Trabajo, el Día de la Madre... ¿acaso los hombres nacían para soportar esas cosas y luego morir? Prefería ser un lavaplatos, volver a mi pequeña habitación y emborracharme hasta dormirme.
Mi padre tenía un plan maestro. Me dijo:
- Hijo mío, cada hombre debería de comprar una casa en su vida. Cuando muera, su hijo heredaría esa casa. Más adelante ese hijo compra su propia casa y luego muere. Entonces su hijo hereda dos casas. Ese otro hijo pronto adquiere la suya propia y entonces ya tiene tres casas...
La estructura familiar. O cómo vencer a la adversidad a través de la familia. Él creía en eso. Coge la familia, mézclala con Dios y la Nación, añade diez horas de trabajo diario, y tienes todo lo que necesitas.
Observé a mi padre, sus manos, su rostro, sus cejas, y supe que ese hombre no tenía nada que ver conmigo. Era un extraño. Mi madre no existía. Yo era un maldito. Mirando a mi padre no vi nada más que una insipidez indecente. Peor aún, él tenía mayor miedo a fracasar que el resto de la gente. Siglos de sangre campesina y de educación campesina. Las características sanguíneas de los Chinaski se habían debilitado por unos cuantos siervos de la gleba que empeñaron sus vidas en pequeños logros fraccionarios e ilusorios. No hubo ningún hombre en el arbol genealógico que dijera: "¡No quiero una casa, quiero mil casas y las quiero ahora mismo!"
Mi padre me había enviado a ese instituto para ricos deseando que se me pegara el aire de los dirigentes mientras observaba a los muchachos ricachones haciendo chirriar sus cupés color crema y acompañando a chicas de trajes brillantes. Sin embargo, aprendí que los pobres normalmente permanecen en la pobreza. Que los jóvenes ricos husmean el hedor de los pobres y aprenden a encontrarlo divertido. Tienen que reírse, porque de lo contrario sería demasiado aterrador. Han aprendido eso a lo largo de los siglos. Nunca perdonaré a las chicas por meterse en esos cupés color crema con los rientes muchachos. No podían evitarlo, por supuesto, pero siempre pensabas que tal vez... Pero no. No había tal vez. El bienestar económico significaba victoria, y la victoria era la única realidad.
¿Qué mujer elige vivir con un lavaplatos?
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Enviada por 23 hace 9 años
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