Sentí que me fundía en ese hombre con quie había andado un largo camino y abrupto, tropezando, cayendo, volviendo a levantarnos, entre peleas y reconciliaciones, pero sin traicionarnos jamás. La suma de los días, penas y alegrías compartidas, ya eran nuestro destino.
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Enviada por Vilma hace 9 años
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