Estás en:
Frases de Libros >
Ana Maria Matute > La trampa
Frases del libro La trampa de Ana Maria Matute
Esta ambiciosa obra representa la culminación de la trilogía Los mercaderes, iniciada con Primera memoria a la que siguió Los soldados lloran de noche. Aunque comparte algunos personajes, se trata de una novela autónoma que nos descubre, de nuevo, el singular universo narrativo de Ana María Matute.
Los preparativos de una fiesta para celebrar un centenario son el punto de partida de una trama que se articula en torno a los monólogos, desasosegados y vibrantes, de los cuatro protagonistas. Todos ellos se debaten entre los intereses familiares y la afirmación de la propia personalidad, entre el amor y el temor a la soledad, entre el deseo de venganza y la aceptación de la realidad; un soplo de secretos del pasado que iluminan el presente revelados con ecos de gran intensidad.
Aquí encontrarás una recopilación de las mejores frases del libro La trampa de Ana Maria Matute. Frases cortas, frases célebres, citas, fragmentos del libro La trampa.
Frases de La trampa
Ya estamos crecidos, Borja. Y olvidados. De nuestro errabundo caminar de niño, de nuestro perverso, agridulce corazón de niño. Aunque alguna vez -ayer, hace diez años, tal vez mañana- lo creamos conservado en algún lugar (como cuando se abre una caja, inopinadamente hallada, y en el envés de la tapa, en el menudo y moteado espejo, nos asusta el fantasma de unos ojos que no volverán). En todos nuestros actos hay algo parecido a un acecho, apartado y constante. +1
Enviada por Rebeca hace 8 años
+1
Enviada por Rebeca hace 8 años
Soy un vulgar mercader. Me he autovendido, a pedacitos, poco a poco, para poder especular progresivamente con mi propia verdad. Empecé a comprarme pedacitos de mi propia verdad el día en que me dije: No puedo hacer esto, o aquello; hay un gran impedimento en mi vida, la gran responsabilidad que ello representa... Continué comprándome parcelas de autoverdad cuando se me reveló la fuerza de algunos muchachos que no han aprendido a especular, ni quieren engranarse en el sistema de autoconsumición que me atrapó a mí. Seguí vendiéndome mi propia verdad aun entre esos muchachos que no precisan, para rebelarse, ni el odio, ni la estolidez, ni el hambre. Pero son muchachos jóvenes, y yo he perdido al muchacho que fui. O, acaso, no lo tuve nunca, no lo fui nunca. 0
Enviada por Rebeca hace 8 años
Añadir una frase de Ana Maria Matute